jueves, 11 de junio de 2009

Lean y reflexionen...

Inexistente, tal cual fantasma, caminaba él por el oscuro camino del tiempo eterno del mundo cruel en que le tocó vivir "¿Cuál es mi pecado? ¿Que hice para merecer algo como esto?" Sin embargo, por más fuerte que profiriera esas escalofriantes palabras cargadas de dolor, nadie le oía y menos aún, respuestas le llegaban. Observó como todos hacían sus vidas idénticas, como máquinas a las que crearon para que fueran todas iguales, solo produjeran, esclavas del tiempo y de sí mismas, viviendo ciegamente en un lugar tan oscuro como la tierra que él también pisaba... no quería convertirse en uno de ellos, luchaba por ser distinto, por sentirse único y no ser tragado por el correr de los días, por la rutina amenazante que a todos esclavizaba. Y fue por ello, que comenzó a plantearse preguntas con frases tan desgarradoras, porque estaba solo. Él pensó "En verdad esto podré hacerlo solo, no necesito de nadie ni de nada que me guíe o me acompañe, esta es una travesía fácil, puedo destacar y no importa que reconozcan que no pertenezco a su rebaño de ovejas que solo se encaminan al matadero y no tratan de ver más allá de lo que solo necesitan para sobrevivir..." Y comenzó, pero el camino le era difícil, siniestro, fatuo y mentiroso, correr al bosque de la duda y refugiarse de lobos que atormentan al que trata de huir de lo cotidiano; entonces, empezó a ver el futuro oscuro que le deparaba, el haz de luz solo se observaba en su máxima discreción, detrás de esa senda tan nublada como la mente de quienes jamás se atrevieron a pisarla.
Se planteó regresar y ser uno más, estuvo a punto de hacerlo incontables veces, pero siempre veía como los otros vivían en su mundo de sueños y pesadillas, lugar onírico cruel que, junto al camino que emprendía hacia la luz, dio cuenta que eran iguales... pero había una pequeña y dichosa diferencia: uno llevaba solo a la muerte pútrida y nefasta de un ser que jamás se dedicó a existir, el otro le guiaba a un lugar más allá de la muerte, dejando vestigios únicos de su ente... podía ser algo más y tocar las estrellas. Y proseguía en su rengueo incesante "¡Qué difícil es estar solo! Sin un apoyo al que dirigirse en busca de ayuda"
Triste y tormentoso, veía lejano su objetivo, pasando por estados de angustia y ansiedad, de desesperación y debilidad. Estando ya en una de sus peores crisis, cuando ya no podía luchar contra el dolor de la soledad, vislumbró a alguien a lo lejos, ser que también lloraba semi destruido por el trabajo. "Otro más... ¿Hay alguien más acá por su propia cuenta? ¿O solo perdió camino al rebaño, sufriendo un desvarío?" Se acercó, temeroso y tejiendo miles de preguntas en su sopesada mente y ahí le vio, con sus ropas y piel rasgada, sangrante y con hematomas cubriendo sus manos. Con un hilo de voz, llamó la atención del otro "Disculpa..." a lo que recibió una mirada asustada y vacía "¿Puedo ayudarte?" El joven solo atinó a extender sus manos hacía él, sin proferir palabra alguna, pero sus ojos suplicantes le contestaron su cuestionamiento. Lo ayudó a incorporarse, reinando el silencio como único testigo, y con agua, limpió sus heridas. Solo después de aquello, el otro atinó a hablar "Me había rendido..." "¿Rendido a qué?" "¿Acaso no vas por lo mismo que yo? A alcanzarla..." Sonrió todo lo que pudo. Fue así entonces como él también logró curvar sus labios, por respuesta. No estaba solo en esto... el camino es ácido, la meta es gloriosa y alguien también se atrevió a confrontarlo y, como él, estuvo a punto de rendirse "Prosigamos" Ambos se levantaron y continuaron la senda, la cual ya no se veía tan oscura y nefasta: si alguien caía, el otro lo levantaba; si alguien dudaba, el otro lo animaba... había alguien.
Así, nos preguntamos ¿Cuántos se habrán rendido? ¿Cuántos se habrán regresado a pastar como los demás o simplemente murió en el intento? Este es el camino del que desea conocer, y muchos lo comienzan, pero algunos jamás lo acaban porque le temen a la soledad o al destino. ¿Acaso no siempre hay alguien? Dichoso aquel que logra descubrirlo y continuar, como estos dos amigos.